Desde la obtención de la novena que a Cruz Azul le han faltado referentes que no solo sirvan como símbolo, sino que también demuestren un gran rendimiento dentro del campo de juego. Justamente estas eran críticas que le caían al Cata Domínguez o al Chuy Corona, quienes tenían el puesto asegurado independientemente de su nivel. Sin embargo, Ignacio Rivero supo cómo escaparle a eso y actualmente es capitán e ídolo de la institución.

En diciembre del 2023 comenzaron a crecer rumores sobre su supuesta salida debido a que le quedaba poco tiempo de contrato. No obstante, Iván Alonso y Martín Anselmi tenían claro que era muy importante para el vestuario y por eso cortaron con cualquier habladuría y le dieron continuidad. De hecho, Nacho Rivero recibió una renovación de contrato hasta 2026 para ser una de las figuras de este proyecto.

Curiosamente, Ignacio Rivero cumplió su partido 150 con la playera celeste en el encuentro de frente a Pumas por la ida de los cuartos de final del Clausura 2024. Cruz Azul venció a su rival por 2 a 0 con una gran actuación del uruguayo, quien aprovechó un error de Julio González para abrir el marcador. Si bien luego tuvo la oportunidad de hacer crecer el resultado final, el futbolista de 32 años no estuvo fino en los últimos metros.

Lo que está claro es que Nacho es un símbolo de Cruz Azul que no solo empuja a sus compañeros con arengas, sino también con el balón en sus pies. El hecho de que esté siempre predispuesto a jugar en cualquier posición del campo lo convierte en un ejemplo ideal de lo que significa ser una pieza útil para su entrenador. Debido a la importancia que tiene, en las cuentas oficiales del club se publicó un emocionante video en honor a los 150 partidos que disputó allí.

La particular posición que ocupó Nacho Rivero en el Pumas vs. Cruz Azul

En la previa al encuentro disputado en el Estadio Olímpico Universitario se especulaba con que Rivero ocuparía la banda, mientras que Rodrigo Huescas estaría casi en la misma línea que Rodolfo Rotondi y Uriel Antuna. La sorpresa estuvo en que fue el canterano quien cumplió el rol de carrilero, mientras que el uruguayo se sumó al mediocampo para crear juego junto a Lorenzo Faravelli.

Aún así, la virtud de Nacho Rivero estuvo en que visualizó muy bien cuándo debía meterse al área para acompañar a Antuna. Fue de esta manera que se crearon dos ocasiones de gol claras que fueron tapadas por el portero de Pumas. Este fue un movimiento que Gustavo Lema no pudo descifrar en todo el partido y que le pondrá especial atención en el juego de vuelta.